lunes, 10 de agosto de 2009
Solidaridad sin fronteras
Estas palabras quieren expresar mi agradecimiento a diversas causalidades que se conjugan para que podamos crecer internamente y convertirnos en mejores seres humanos.
Cotidianamente logramos despertar virtudes y dar un paso hacia delante para construir una sociedad más justa y amorosa.
La virtud de DAR, compartiendo lo que tenemos, con otros seres humanos, nos engrandece y llena de luz nuestro corazón.
Muchas veces no sabemos cómo, ni qué, ni a quien, podemos ayudar
El amor esencial que nos compone no posee límite físico y tampoco temporal.
Estamos interconectados, somos Uno en conjunto con la humanidad, por favor creámoslo, es así!
Quien más da, más recibe y gracias a la interdependencia que nos une como sistemas humanos, dentro de sistemas ambientales, nos beneficiamos todos cuando compartimos con los que necesitan.
La energía del amor fluye y se une en el Universo creando positividad!!
Esta energía positiva nace del caos y la incertidumbre que parece reinar y produce el cambio.
Este cambio nos lleva a la evolución de ser mejores día a día.
Además, la acción de compartir, genera en nosotros otros despertares, que también nos engrandece.
Por ejemplo el pensar en los indios Tobas del Chaco o en los nuestros los Comechingones del norte cordobés, lleva nuestro espíritu hasta el encuentro con la esencia de nuestros antecesores y nos ayuda a rescatar la sabiduría propia de los ancestros, que habitaron la Tierra por miles de años; viviendo en un hermoso equilibrio con los sistemas naturales, manteniendo así la armonía del comienzo; sin provocar el impacto negativo en el Planeta, similar al que sufren los recursos naturales en este momento y que somos nosotros, en el hoy de nuestras vidas, los que debemos darle otro rumbo a estos acontecimientos.
En las culturas étnicas indígenas están las respuestas que hemos olvidado.
La ayuda cercana a otras personas (comedores, refugios, escuelas…) produce en nosotros la igualdad y la equidad, porque nos recuerda las carencias internas y externas que poseemos y nos recuerda que esas carencias solo se podrán cubrir con amor y entre todos.
Aun así debemos recordar que lo importante es la inclusión y la diversidad.
Todo gesto solidario es positivo, parte del corazón y hace fluir el amor sanador que poseemos como esencia de seres humanos.
El cambio interno se hace grande fluye y confluye en acciones que despiertan conciencia de vida, de progreso, de sustentabilidad y respeto a la Vida.
No olvidemos que el amor es la suma de las pequeñas acciones y es también mucho más que esa suma:
“Es la creación de una nueva humanidad y está creación es obra de todos plasmando diversidad y sentimientos en el camino hacia un nuevo humanismo”.
Con cariño
Graciela
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